Un edificio de pensadores,
infinitas e inmaculadas paredes blancas,
nido de tantas incomprensibles costumbres...
Buscaba respuestas, pero no a esa pregunta
que siempre me aqueja.
¿Sera que...?
-Si, señorita. Debe presentarse en el laboratorio de
biologia del pensamiento el sabado ( SABADO!!!!)
en la mañana.
Y me di vuelta de todas las incomodidades y falta de sueño que se me cruzaron por la mente en ese momento para toparme con el. Dos segundos del tipico saludo pero con esa infaltable cara risueña de nerviosismo. En algun momento, el algun universo paralelo que aun no conocia me quede sin palabras. Tu tambien mudo decidiste mirarme como yo tambien lo hice estupidamente sin decir nada.
- Bip bip bip...
Ehmm, debes irte al parecer. -Si, al parecer. Trabajo aqui sabias?- Si, por decima vez, lo sabia (me dije en silencio).
La alarma de la puerta del laboratorio restringido para cualquier ser mortal que aun no ha terminado su carrera sonaba interrumpiendo ese momento de estupidez silenciosa.
Me dirigia con cara de conocida alegria y cierto nerviosismo caracteristico hacia mi casa.
Partimos de nuevo.
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